Descubrí que me gusta el culo de hombre – Tengo 29 años, me llamo Ed, soy representante comercial, vivo en una ciudad del Norte del país, no me encuentro bonito, pero la gente dice que soy bastante simpático y encantador, no soy alto ni atlético, tengo estatura media.
Bueno, después de esa rápida presentación tengo que contar que siempre me relacioné con mujeres, con las que disfrutan todo en relación al sexo. Pero uno de esos días, un amigo y cliente mío, dijo que quería hablar conmigo sobre algunos productos que yo represento. Marcó en el gimnasio al que asiste, donde pasé en el momento en que iba a salir. Me subí al auto de Marcos, ese es su nombre, y fuimos hablando de Asuntos de negocios. Y cerramos algunos.
Luego me invitó a su apartamento para tomar una copa y yo acepté. En el ap. Marcos me sirvió un escocés, brindamos por el cierre de otro negocio, él me sirvió otra dosis, me dijo que me quedara a gusto y dijo que iba a tomar un baño.
Diez minutos después volvió sólo de toalla y, de golpe, preguntó si yo topaba comer el culo de él, explicó que le gusta llevar rola en el ano desde joven, pero no se siente homosexual y no disfruta abrazos, besos ni otras muestras de afecto con otro hombre, sólo con mujeres.
Le dije a Marcos que nunca había metido la polla en un culo masculino y que sería algo nuevo para mí. Para estimularme, él puso la TV en un canal privado de películas porno y, mientras yo veía, pasó a alisar mi polla, por encima de los pantalones mismo. Con aquel doble estímulo, claro que Mi pica fue quedando dura poco a poco y, en minutos, estaba en el punto.
Marcos se quitó la toalla, se puso a cuatro patas en el sofá, me entregó un frasco con aceite de masaje, con el que me unté la polla y el culo. Luego metí la rodilla en ese culo, y comencé el ir y venir. Cuanto más me metía más dura era mi polla. Marcos Solo disfrutaba con los ojos cerrados y arrebatando más el culo. Después de mucho ser follada en el culo, él respiró hondo y gozó, corriéndose en el sofá, mientras yo, después de algunas metidas más, le llené el culo de esperma.
Marcos me dio una toalla, me señaló la dirección del baño y fui a lavarme. Cuando salí, entró y también se bañó. Regresó a la sala, tomamos unos tragos más y él explicó que le gustaba tomar en el culo, de sentir una pica penetrándole, pero dijo que nunca le gustó sentir dolor, sólo placer, por eso me eligió, pues percibió que mi palo no es grande, exagerado, ni muy grueso.
A partir de ese día, descubrí que cu es todo igual. Y pasé a comer otros cus masculinos, aunque no ando a la caza de ellos, pero cuando aparecen, no rechazo y, así como Marcos, tampoco corto abrazos ni besos con otro hombre, cuando mucho permito que chupen para mejorar el estímulo!