Follando con una mujer casada perra – que ama traicionar a su marido que ni imagina que la esposita anda gimiendo de tesón en otra pica dura.
Está bien con ustedes chicos? Hoy voy a compartir con ustedes uno de esos cuentos eróticos de traición que les va a encantar. Mi nombre es Angelo, tengo 35 años, soltero y eso sucedió hace 2 años. Se mudó a la calle de mi casa a Aline, una mujer hermosa y muy educada. Me gustaría quedarme en la puerta de casa por la tarde. Luego pasaba todos los días viniendo del Trabajo alrededor de las 18:00 de la tarde. Su esposo llegaba unas horas después alrededor de las 21:00 horas de la noche. Como ella siempre pasaba en la puerta de mi Resultó que la gente siempre se saludaba.
Un jueves pasó como de costumbre pero ese día se detuvo y me preguntó si estaba demasiado ocupado en ese momento. Luego le dije que no y ella me preguntó si podía cambiar su bote de gas. Ella dijo que su esposo solo llegaría más tarde y que necesita prepararle la cena. Luego fui con ella a su casa. Al llegar allí, me mostró dónde estaba el bote de respaldo y dijo que iba a tomar una ducha rápida mientras lo cambiaba todo. Acepté y luego fui a hacer lo que ella me había pedido.
Terminé el intercambio y me quedé allí mismo en la cocina esperando que regresara. Después de unos 10 minutitos ella entonces surge apenas de toalla con una sonrisa en su rostro y diciendo:
- Todo salió bien?
Entonces dije que sí y que iba a regresar a mi casa porque no quería que su esposo llegara e imaginara cosas equivocadas. Fue entonces cuando ella dio una sonrisa más mirándome con una cara traviesa y otra vez dijo:
- Qué tipo de cosas? Tenido eso?
Ella dijo esto mirándome con esa cara de chico malo caliente y se quitó la toalla estando totalmente desnuda frente a mí. Me quedé allí sin saber qué hacer o hablar con ella. El bombón entonces se acercó y fue luego hablando:
- Siempre te encontré una delicia y siempre quise follarte, pero nunca tomaste acción, así que decidí tomarla.
Luego lo dijo y me llevó al baño donde entré y me di una buena ducha. Pasé todo el tiempo dentro del baño preguntándome si todo estaba sucediendo o si era solo un sueño loco mío. Fue entonces cuando salí del baño y para mi sorpresa, la traviesa estaba en el sofá de la sala de estar a cuatro patas con su culo totalmente empinado. Luego miró hacia atrás y dijo:
- Ven aquí Ven, Ven a coger el coño de esa putita casada viene.
Todavía con recelo le pregunté si su esposo no iba a llegar y ella me dijo que todavía tenía 2 horas de diversión antes de que él llegara!
Me metí con mi vecina casada
Me arrodillé frente a ese culo caliente y comencé a chupar todo. Le chupaba el coño y su delicioso culo haciéndola gemir de placer. Ella se acostó con las piernas abiertas y cuando comencé a chuparla así ella apretaba mi cara contra su coño caliente. Ella lo hizo mientras me tiraba del pelo y hablaba:
- Eso va a chupar sabroso va. Me chupa de la manera que el cornudo de mi marido debería chuparme va.
Sentir el gusto de aquel coño casado me dejó de palo trincando de duro. Fue entonces cuando la deliciosa comenzó a hacerme una mamada deliciosa. Entonces me sentí en las nubes follando mujer casada puta que me mamaba a la perfección. Luego la puse a cuatro patas y comencé a dar metidas fuertes en su coño caliente. Mi polla entraba fácilmente en aquel coño meladinha mientras la zorra soltaba gritos de tesón. La vana entonces se sentó sabroso en mi polla y pasó a cabalgar con voluntad y pasión. Ella se rebolaba y pedía más y más mientras me pedía que la maldeciera de puta casada. Esa mujer era una cachonda, una esposa caliente que necesitaba un hombre de verdad para follarla caliente.
Rebolando por encima de mí la safada acabó gozando y me dejó loco de placer. Ella se burlaba y decía:
- Mierda, qué delicia, estoy gozando, ahí que palo sabroso, eso mete va, folla ese coño va. Golpea en el coño de esta puta casada va.
No pasó mucho tiempo y ella estaba flácida desfallecida después de esa corrida caliente. Después de unos minutos ella me miró y dijo:
- Ahora viene a coger ese coño y gozar sabroso en mi boquita pues mi marido está para llegar.
Fue como una orden para mí. La puse a cuatro patas y pasé a coger delicioso su culo empinado. Ella siempre gimiendo de lujuria y pidiéndome que la maldiga. No me contuve mucho y terminé dando un baño de semen caliente en la cara de perra de esa deliciosa. La safada se tragó todo mi lechito sin dejar desperdiciar nada. Ese día me fui pronto con miedo de su esposo llegar y no dio otra. Cuando yo estaba volviendo a mi casa su esposo estaba subiendo la calle en moto. El corninho sin imaginar nada todavía me saludó sin imaginar que yo acababa de coger a su esposa vana deliciosa. Esa fue la primera vez que follamos. De allá para acá nos convertimos en amantes y pronto les traeré más cuentos eróticos de sexo. Voy a contar cómo fue el día que terminé gozando en el culo de la puta deliciosa.