Sirvienta caliente follando

Sirvienta caliente follando – le encanta el sexo amateur y hoy voy a compartir uno de esos cuentos eróticos ilustrados narrando una de nuestras Folladas.

Voy a contar una experiencia con mi criada caliente. Ella, una blanquita traviesa, cabellos castaños oscuros y la mayor cara de traviesa. Esto me he dado cuenta a lo largo del tiempo que ella trabaja aquí y me he convertido en un hombre. A los 18 años comencé a sentir cosas diferentes por ella, llegué a ver a mi criada como mujer, al mismo tiempo que ella también parecía querer molestarme.

Mis hormonas a mil, fue todo el día jugando paja y ella comenzó a ser mi inspiración. Yo era bastante tímido, no tenía novia y pasaba horas en el baño pelando una e imaginando la safada desnuda sentándose en mi palo. Me imaginaba que me chupaba delicioso y ya me estaba volviendo loco. Cuando mis padres se iban a trabajar, ella se ponía uno de esos pantalones de gimnasio, una camiseta holgada y comenzaba las tareas. Yo seguía viendo su culo redondo y grande todo marcado en los pantalones y sus bragas siempre metidas en el culo.

De frente ni se habla, el coño azadinha bien marcado me dejaba con agua en la boca. Era siempre así, yo secaba la safada, ella percibía y hacía más para provocarme. Ese día ella estaba con un pantalón apretado, yo no aguanté y fui a la habitación, puse el cuaderno en el regazo y fui a abrir un sitio porno para ver algún video de sexo amateur para aliviar el tesón. Ese coño caliente no salga de mi cabeza. Después de mi corrida matutina, fui a ducharme y a la cocina a desayunar.


La encontré bajada, casi a cuatro patas limpiando la nevera. Ella me pilló mirando su culo y preguntó con una sonrisa muy cabrón lo que estaba mirando. Decidí aprovechar la oportunidad, por la sonrisa de ella vi que no se había molestado, estaba disfrutando saber que me dejaba con mucho deseo por ella. Le respondí que le estaba mirando el culo.

La safada quedó asombrada con mi coraje de decir y en el momento levantó, me miró en los ojos y dijo:

  • Crees que aguantas conmigo chico? tengo mucho fuego.
  • Estás pensando que no me doy cuenta?
  • Y usted da?, ven aquí!


Me cogí a mi empleada
Llegué cerca de ella y la safada se arrodilló y comenzó a acariciar mi barriga, fue descendiendo para mis piernas, pasando cerca de mi polla pero sin tocarlo. Eso fue suficiente para ponerme cachondo, me quedé con la polla palpitando y anotando en las Bermudas. Mi polla casi saltó en su cara. La safada comenzó a masturbarme.

  • Qué gran polla tienes, qué delicia! Pero mira, no es para que se lo digas a nadie, ni a tus amigos.
  • Juro que no voy a contar! Me chupa va traviesa!

Ella comenzó a lamer la cabeza de Mi pica, la voluntad que me dio fue de meter mi polla entera en su boca. Ella lamió, luego se metió todo en la boca mirándome a los ojos con cara de puta.

  • Eso, chupa delicioso, que boca deliciosa! Puta que parió!


La safada se quedó unos 10 minutos chupándome y luego ella vino acercándose de mí y colocó sus piernas entre mi boca enviándome a chupar sabroso. La sostuve por el culo y comencé a chuparle el coño. Me puse nervioso porque no tenía experiencia, pero comencé a chupar hasta que sentí que ella estaba disfrutando de cierta manera y seguí así. Abrí su coño con las manos y pasé la lengua en su clítoris sabroso, ella tesava tan mojada, encontré una delicia.

  • Safadinho, usted cogió la manera verdad? Está chupando bien sabroso, puede meter la lengua allá en el fondo de mi coño va.

Pronto ella corrió en mi boca, fue bajando y acostó su cabeza sobre mi pecho, toda sudada y sonriente. Me alegré de haberla hecho gozar, pero la safada dijo que no tenía descanso no, ella fue montando en mí, encajó mi palo en su coño y yo me quedé loco cuando lo sentí todo allí dentro de esa safada.

  • Qué gran polla! delicia, mete fuerte VA, puede poner sin piedad!

Subí el ritmo, le metí fuerte en el coño, estaba asombrado, masturbarme no se acerca a comer un coño. Ella reboló, se apoyó en mi pecho y pasó a rebotar en mi mierda, parecía un baile sensual en la parte superior de mi polla, ella se sentaba, entraba y sal bien sabroso, nos besábamos, yo apretaba y chupaba sus pechos, fue la mayor putaria.

  • Aaaaaaiii está tan sabroso, quiero verte metiendo en mi culo, ven!

Ella se quedó de cuatro en la hora, me levanté, vi Aquel rabón sabroso empinado para mí, comencé a besar su culo, pasé la mano, golpeé, apreté, abrí y fui encajando la vara poco a poco. Estaba bastante apretado para entrar, así que ella me sugirió que tomara un lubricante del cajón, ella sabía que lo tenía porque lo usaba para tocar mi paja.

Lubricé el palo y lo puse dentro de su culo, esta vez entró más fácil. La safada comenzó a gemir y rebolar, sujeté su cintura y metí mucho, no me aguanté, quería irrumpir ella entera. Aumenté al máximo el ritmo de las metidas y ella comenzó a gemir fuerte, tuvo que poner una almohada para ahogar los gemidos, que estaban bien altos.

El culo de ella es una delicia, ella estaba loca gimiendo, pidiendo pica, la safada estaba loca de tesón mismo. Después de un rato estaba goteando de sudor sobre ella y sentí que iba a correrme. No estaba dando para sostener más, Yo estaba con miedo de correrse dentro y ella no disfrutar entonces advertí, pero ella me dijo que viniera dentro. Puta que parió! qué delicia! cuando sentí que iba a gozar pasé a meter más despacio y luego gozé sabroso, una jatada de semen dentro de aquel cu sabroso y apretado. Lo llené de semen y la dejé con el agujero enrollado.

Fue un cachondo de foda, me enganché a esa blancinha deliciosa, ella pasó a enseñarme muchas cosas, que yo puse en práctica con otras. La gente siempre folla cuando da, incluso yo saliendo hoy en día y ella siendo casada, no se puede olvidar la primera.