Cuentos Porno brasileños

Cuentos Porno brasileños – Me llamo Márcio, 28 años, moreno claro, cuerpo bien cuidado, soy personal y hoy voy a compartir algo con ustedes. Sé que en general disfruta de los cuentos Eróticos aquí desde el sitio. Sé que todos aquí disfrutan de cuentos Porno brasileños de todos modos yo vivo en un condominio vertical así que resulta que los fines de semana me gusta correr en un parque aquí cerca. Al menos dos o tres veces al mes siempre estoy allí. Un sábado por la mañana estaba en otra carrera rutinaria. Resulta que algo, o más bien alguien me llamó mucho la atención. Una hermosa mujer de unos 30 años, rubia y un gran culo delicioso. Noté que ella me miró y sonrió. Por supuesto sonreí de nuevo pero no imaginé que eso sería una sonrisa de una mujer queriendo algo más.

Después de un cierto tiempo corriendo tomé un descanso para tomar un agua de coco. Para mi sorpresa, esa mujer estaba allí. Incluso antes de que dijera algo, ella vino hacia mí y se sentó a mi lado. Pronto se presentó y me preguntó si vivía cerca y, para mi sorpresa, también vivía dos calles debajo del parque. La razón por la que nunca la había visto es que se había mudado a unas pocas semanas al lugar. Rápidamente me di cuenta de que era una mujer en busca de aventuras y que sabía muy bien ser una mujer decidida. Después de una buena conversación terminé diciendo que me iría pero que había sido un placer conocerla. Para mi sorpresa mayor ella preguntó si podía acompañarme pues estábamos los dos a pie e iríamos en la misma dirección.

Por supuesto que acepté y así nos fuimos. Hablando de cosas cotidianas hasta que me dijo que estaba soltera y que vivía sola. Noté en ese momento que aquello sería casi una invitación llamándome para ir a su apartamento. Pero decidí sostenerme y cuando fuimos a despedirnos a la hora de darle un beso en su rostro ella se da vuelta y en la lata me tasca luego un beso en la boca. Nos besamos y qué delicia de beso fue ese. Su boca caliente y suave, su cuerpo sabroso no tuvo manera, me quedé de Palo duro en el momento. Tan pronto como nos besamos ella pronto dice:

  • Dios mío, pensé que no te darías cuenta de que te estaba dando más grande.

Sonreí y dije que no quería parecer aburrido o demasiado forzado. Ella sonrió y me dijo que no le importa después de todo ella disfruta de un hombre de actitud y realmente le gustaba mucho de mí mismo haber sido un poco » tímido «. Cuando ella me dijo esto, lo tomé como un desafío y me di cuenta de que era una mujer traviesa, luego respondí:

  • Porque entonces no quitas esa timidez mía aquí mismo?

No necesitaba que hablara dos veces. Ella tomó a mi madre y dijo:

  • Ven aquí!


Dicho esto, ella me llevó a un lugar que estaba bien reservado con un pequeño bosque y fomo debajo de un árbol con poca visibilidad para las personas que pasaban por el lugar. La safada ya vino pronto besándome y de cara sostuvo fuerte mi Palo duro por encima de las Bermudas. La deliciosa estaba con la respiración jadeante y mientras me besaba acariciaba mi polla dejándolo muy duro. Poco tiempo después la safada me mira a los ojos con una cara de puta y dice:

  • Vamos allá más al canto, quiero chuparte todo.

Follada en el bosque con una mujer caliente
Sin pensarlo dos veces fui al lugar y luego saqué la polla y pude ver su cara de alegría y tesón. Poco a poco la deliciosa fue agarrando mi polla con su boca suave y pronto estaba pasando la lengua alrededor de la cabeza del puto. La cabrón era realmente una experta en el arte del sexo oral. Su mamada amateur y mojadita me ponía cachonda y me retorcía de placer. La sensación en una mezcla de placer y adrenalina por miedo a ser visto por alguien me puso aún más cachondo. Fue entonces cuando la deliciosa se levantó y bajó su pantalón coladinha en el cuerpo y me reveló algo aún más tesudo y sabroso. La perra llevaba un tapón anal todo atascado en su culo. Luego se volvió hacia mí hablando:

  • El enchufe es solo para mostrarte dónde puedes llegar, pero hoy solo tendrás mi coño mojado y cachondo.

Joder, esa mujer realmente sabía cómo burlarse de un hombre. Cogí mi cartera en el bolsillo de las Bermudas donde siempre llevo un condón y luego fui poniendo el condón en mi niño. Luego pasé los dedos por su coño caliente y noté que estaba empapada de erección. Esa mujer era realmente una hembra en celo detrás de un macho capaz de satisfacer todos sus deseos. Tan pronto como coloqué la cabeza del palo en la puerta de aquel coño caliente noté que ella dio un ligero gemido de placer y pidió para que yo la follara toda bien sabroso. Sentí cada centímetro de mi polla invadiendo ese coño delicioso de placer. Así que empantané todo el carajo pasé entonces a acelerar más las metidas dando bombadas fuertes y gustosas.


En ese momento no me importaba nada más. No me importaba si nos atrapaban, todo lo que quería era follar a esa mujer caliente. Yo golpeaba con fuerza, daba algunas bofetadas en ese culo sabroso y no quitaba los ojos del plug anal en su culo sabroso. Ella sostenía su trasero y lo abría a veces pareciendo que me estaba burlando y realmente eso era lo que estaba haciendo. Fue entonces que la deliciosa tiré sus pantalones al suelo y me pidió que me acostara sobre ella. La safada pronto vino por encima de mí sentándose en un carajo de una sola vez. Mi polla dura fue golpeada en su delicioso coño cuando ella me miró de nuevo y dijo:

  • Quédate quieto, voy a cabalgar sabroso en esa rueda hasta que goce de esa pica deliciosa.

No tuve que esperar mucho. La safada pronto estaba rebolando, cabalgando y frotándose en mí hasta que ella no se agarró. La safada dio un grito acompañado de un orgasmo delicioso que me dejó hasta con miedo de ser vistos. Ella se corría, se retorcía y apretaba sus tetas mientras se temblaba todo sobre mí. Ellas se quedó en aquella por unos 4 minutos hasta que me pidió gozar en sus pechos deliciosos. La safada entonces se arrodilló delante de mí y comenzó a chuparme delicioso. Ella chupaba y masturbaba mi polla con extrema maestría. Fue cuando no me sostuve y terminé gozando en los pechos de aquella mujer caballa deliciosa y desenfrenada. La safada lamió cazo y limpió sus pechos sin dejar desperdiciar ninguna gota de semen caliente. Ella hacía todo esto mirándome con cara de perra.

Ese día fue la primera vez que terminé follando a una mujer en un lugar público. Hoy todavía vivimos en el mismo barrio y al menos una vez al mes transo con aquella deliciosa. Recientemente me enteré de que un amigo y vecino mío de condominio anda follando con la safada. Estamos planeando algo para tener un trío con el bombón. Si ella se topa pronto yo comparto todo con ustedes aquí en el sitio pues sé que ustedes aman cuentos pornos nacionales.