Relatos gay

Relatos gay – Siempre he sido muy serio, un poco nerd ,un poco alejado (tal vez travieso). Y estaba seguro de que era heterosexual. 100%. Sin ninguna duda. A no ser por un hecho: desde la adolescencia yo tenía una puta voluntad de mamar una rodilla. Hasta el punto de que cada vez que iba a un vestuario tenía que cambiarme en uno de los reservados, porque siempre me quedaba la polla dura si me quedaba viendo la polla de los otros chicos. No tengo ni el más mínimo recuerdo de cuando empezó esa voluntad. Tal vez viendo video de Hooker en internet. Tal vez siempre estuvo allí. Realmente no lo sé. Solo sé que lo escondería y lo enterraría de todas las formas. Familia muy conservadora, mi padre de familia militar y tal. Y yo iba corriendo detrás de las chicas (tengo una hermana 1 año menor que yo, así que tenía en sus amigas y conocidas una gran fuente de ficantes para alimentar mi papel de hetero). Entonces me iba quedando con las minas, teniendo novias, pero siempre con aquella sombra, con aquella voluntad. No, incluso entonces ni siquiera imaginaba la posibilidad de ser Bi, ni nada por el estilo. Nunca. Era heterosexual y listo.

Pero la voluntad fue aumentando. Y no tenía forma de hacerlo pasar. Intentaba dar rienda suelta de otros maneras. A través de videos en línea de chicos chupando. Y luego borraba todo, todos los registros, desesperado. Fue así durante años. Me mudé a Sao Paulo para hacer la universidad, y viviendo solo, con un poco más de privacidad, instalé la aplicación gay en mi teléfono para hablar con los otros chicos, Intercambiar fotos, quedarse de zueira. Pero siempre borraba todo, luego reinstalaba la aplicación. Y nunca dejaba que nada evolucionara hacia lo real. Salía, iba a la balada, tomaba las minas, pero la idea de poner un palo en la boca era fija.

Hasta que sucedió. A principios de 2019 conseguí una pasantía en una empresa que se encuentra en la Zona sur de Sao Paulo. Y debido a la rotación de vehículos, Un día a la semana tuve que salir de casa antes de las 7 de la mañana para cruzar el área de rotación (la empresa está fuera de esa área). Una complicación que quien vive en SP entiende-tenía que despertar súper temprano, salía corriendo casi siempre en ayunas porque no daba ni tiempo de comer nada, sólo bañarse y salir.

Ese día, más hacia el final de 2019, yo estaba conduciendo para la empresa, casi llegando, cuando me llama un amigo del trabajo. Él ya había llegado allí, y contó que parecía que había habido un principio de incendio en una habitación del edificio de la empresa durante la noche. No había causado grandes estragos, pero estaban mandando a los empleados a trabajar desde casa, e iban a dar tiempo libre a los pasantes, así que era para mí volver a casa. Solo que en ese momento, ya había pasado las 7 de la mañana, y ya no podía cruzar el área de rotación para regresar a mi apartamento hasta las 10 de la mañana, cuando terminaba el período de rotación de vehículos de la mañana. Entonces no tenía a dónde ir. No tenía ni un centro comercial abierto, nada. Fui conduciendo hacia mi casa, pero me detuve en una región aún fuera del área de roundio para esperar por allí y ya partir de vuelta a casa cuando de ese 10 de la mañana. Era un barrio residencial de Sao Paulo llamado Campo Belo, con muchos edificios, así que fue tranquilo de aparcar, muchas vacantes en la calle. Me detuve en una y me quedé por allí. Cosa del destino…

De pronto, no sé por qué, golpeó un cierto deseo. Ya que estaba allí de bobeira, y tenía que quedarse esperando, resolví reinstalar la aplicación gay en mi celular para echar un vistazo, ver a los chicos de la región, y tal. Si alguno me mandara una buena foto de la pica, de repente yo hasta golpeaba una allí en el coche, de tan vacía que estaba la calle. En esto, veo un perfil en la aplicación que me llama la atención. Ni me acuerdo si tenía título, ni lo que tava escrito, pero la foto del chico era muy agradable, él tava sin camisa, tenía el pectoral fuerte, ancho, saradao sin exageraciones. Era moreno, brazos fuertes, un tatuaje de los que salen del hombro y cubren un poco del brazo y el pecho, brazos fuertes. De la cara sólo se podía ver desde la nariz hacia abajo, tenía una barba corta, bien recortada pero bien cerrada, y un poco de pelo en el pecho. En la aplicación, se describía a sí mismo como de 35 años, algo así como «1000% activón», con el famoso emoji de berenjena, y diciendo que buscaba biberones. Decidí enviar un mensaje. No recuerdo cómo hice el chat, algo como buenos días, despertó con tesón, no sé.

No me respondió por un tiempo, pensé que me había cagado. De repente envió un mensaje seco como «Fotos». Le envié un par de fotos sin camisa y solo en pantalones cortos. Él no dijo nada, y después de un rato respondió » Te gusta q?». Envié al perro que solía hablar siempre en esas conversaciones, que yo era heterosexual pero que disfrutaba mamando macho roludo de vez en cuando-sin ninguna mención que en realidad nunca había mamado a nadie.

No tardó mucho y él respondió sólo con 2 fotos, de su rollo. Qué cachondo que me dio eso. Era una tórtola morena como él, parecía grande y gruesa. Me quedé con la polla dura en ese momento en el auto. Lo elogié diciendo que era grande. Él respondió con un «pegamento aquí para mamar entonces»». Hasta entonces jugaba como siempre. En algún momento iba a dar marcha atrás y cerrar. Para continuar la conversación, dije que sí. Y él respondió con un manda la foto de cara allí. Me quedé un poco así… Casi nunca me enviaba una foto de la cara. Tenía muchas paranoias al respecto. Que podría estar mandando a alguien que pudiera conocerme, o algún amigo de un amigo, o amigo de mi novia en la época, que también era de Sao Paulo. Y cuando mandaba, pocos minutos después yo terminaba cerrando el chat y bloqueando el perfil. Pero las fotos de la polla no salían de mi cabeza. Entonces envié la foto de la cara. Él respondió con un»Ven ahora». Una pregunta o una orden? Le pregunté la dirección, y él respondió»pasa la aplicación para que te envíe la dirección». No tenía chance, nunca que yo iba a pasar mi lo, protesté un poco, traté de explicar que no daba, no sé. Él respondió repitiendo » pasa la aplicación ignorando e ignorando lo que dije. Yo estaba muy caliente con eso, y pasé.

De ahí que me llame de inmediato. Habla un hola rápido,
con la voz gruesa, y pregunta el lugar donde estaba. Yo no tenía mucha idea, leí el letrero de la calle delante de mí, él dijo «cerca, ven ahora» e y pasó su dirección. Y terminó exactamente así (nunca olvidaré): «corto que putinho me mame de rodillas, entonces usted va a estar de rodillas mamando y mirándome oyó? Estoy con las bolas llenas de leche de días, así que si usted mamar bien va a ganar mucha leche al final, pero tendrá que tragar todo oído?». Y cerró repitiendo «ven ahora», y colgó.

En ese momento me quedé medio sin reacción. Y comenzó a golpearme un cierto pánico. Carajo, había enviado mi foto de la cara hace un tiempo y no la había bloqueado. En ese momento el tipo ya podía haber impreso y divulgado como maricón mamador sacándome de un armario que yo ni creía estar pues ni gay yo era (mi fantasía hetero era paranoica…). Y maldita sea… El chico tenía mi aplicación ahora! Joder lo que había hecho? Iba a tener que cambiar mi número de teléfono móvil, cambiarlo todo… Pensé que lo mejor era caminar hasta el edificio del chico, ver cuál era el edificio, no sé – lo que no tenía el menor sentido, pero yo estaba realmente en pánico, sólo que al mismo tiempo en un tesón total.

Salí del coche, busqué en Google la dirección, estaba realmente cerca, a sólo dos cuadras de allí. Arreglé la pica en la ropa interior para tratar de disimular (muy difícil disimular pica dura en pantalones de vestir), y fui caminando. Pensé que en cualquier momento iba a dar media vuelta, bloquear todo, el perfil, la aplicación. Pero seguí adelante. La calle de él estaba totalmente vacía, y el edificio era alto, blanco, con la portería del tipo Garita. También totalmente vacía, a no ser por el portero. El chico me miró cuando me acerqué, y le dije el número de apartamento. Pidió el RG. Lo saqué y lo di. Tomó el intercomunicador y se comunicó con un apartamento, hablando » tal y tal está aqu흻, leyendo mi nombre y apellido! Mi nombre incluso era diferente de lo que había inventado Pro pauzudo en la aplicación. Pero ni tuvo problemas, el portero me devolvió el RG, dijo puede subir e indicó dónde estaban los ascensores. Desde allí ni siquiera recuerdo lo que pasó, ni recuerdo el interior del vestíbulo de entrada ese día, ni si me encontré con alguien en el camino. Estaba tan tenso que estaba medio temblando. Solo me recuperé cuando llegué al piso del chico con la puerta del ascensor abierta. Ya vi la puerta de un apartamento medio abierta y un tipo adentro. No quise pensar mucho al respecto y caminé hasta allí, él abrió.

Tenía más o menos Mi altura, tal vez un poco más alto. Solo que era muy fuerte. No bombadón exagerado, pero era ancho, bien definido. Pensé que el tipo debería ser entrenador personal o luchador. Él tenía una cara de macho, muy varonil mismo, con la barba apretada y corta y el pelo también corto, parecía ser de ascendencia árabe. Estaba sin camisa, solo con unos pantalones cortos suaves y descalzos. Entré por la puerta, y él estaba cerrando. Mientras tanto, iba a comenzar un » hola bien cumprim para saludar. Él no dio oportunidad: me empujó con fuerza con la espalda contra la puerta que ahora estaba cerrada, y vino con todo a interceder mientras me tascó un beso. Besos de lengua. Ni siquiera había apoyado a otro hombre, y el tipo enterrando su lengua en mi boca. Le di moral y correspondí el beso. Qué cachondo que estaba. Me quedé apretando el hombro y la espalda. Qué era eso. Él aprovechó y fue arrancando mi camisa de vestir, tenía miedo de que estallara algún botón pero rápidamente lo olvidé. Mi camisa en el suelo, volvió a besarme, ahora palpando mi culo. Mis reacciones aún estaban amortiguadas. Me quitó el cinturón, me quité los pantalones y me quedé solo en ropa interior. Todo el puesto armado, con mi ropa interior muy melosa. Llegó por detrás y me empujó por la sala de estar hacia el dormitorio, mientras me encoxaba y me molestaba.

En el dormitorio nos detuvimos de pie en el espacio entre el armario y una cama doble. Me di la vuelta e iba a besarlo de nuevo. Él me detuvo, y me estaba empujando hacia abajo. Mientras yo bajaba, él forzaba mi cabeza contra él, frotando mi cara contra su pectoral y su pecho. Lo dejaba todo. Hasta que llegué al suelo y me puse de rodillas. Tiró de mi cabeza, haciendo que mi cara se enterrara en sus pantalones cortos. Me quedé sintiendo el olor fuerte de la pica y aquel volumen allá dentro. Cuando me soltó, agarré los pantalones cortos y los bajé. El palo saltó sabroso, me quedé mirando unos segundos. Nunca había visto otro palo duro así delante de mí que no fuera el mío, aún más uno de esos. Era como en las fotos, con la cabeza grande ya saliendo hacia fuera, sólo que la base de la pica era tan gruesa y veiuda que proporcionalmente la cabeza parecía tener apenas un tamaño normal. Sostuve la pica y comencé a apretar y admirar. Hacía calor. Algo pulsante. La grosura llenó mi mano, que loca. Luego me quitó la mano, tomó la polla grande y comenzó a golpearla en la cara con fuerza y en la boca. Era pesado que llegaba a herir, pero yo lo dejé hacer sin ni reaccionar. Estaba paralizado de lujuria.

Luego se detuvo, dejó la polla apuntando a mi boca, y me dijo las primeras palabras desde que yo había entrado en su apartamento: «Mama, puto».. Me incliné hacia adelante y me lo metí en la boca. Ese sabor salado, ese olor de la pica y del saco, me dio un tesón muy jodido. Al mismo tiempo, empecé a intentar mamar, pero el grosor de la pica no hacía de aquello una tarea fácil, y yo no tenía ninguna experiencia. Fui chupando con ganas, pero era difícil manejar el palo en la boca, y yo no quería lastimar al chico con los dientes como a veces alguna mina me hacía cuando me iba a chupar. Pero al chico no parecía importarle. Él seguía mirándome mamarlo y dando algunas pequeñas gemidas graves a veces. Hasta que en cierto momento él agarró mi cabeza, y la base de su pauzao, y comenzó a dar unas empujadas. Él estaba tratando de coger mi boca, pero ni por el carajo tenía cómo eso pasar, porque yo ahogaba muy fácil. De nuevo, parecía no importarle. Se quedó haciendo eso un tiempo, alternando entre dejarme mamar e intentar coger mi boca para hacerme ahogar. Yo estaba en trance de tanto tesao. Y era más que sólo el deseo de estar mamando un pirocao de aquellos desde la primera vez. También era esa sensación de estar siendo usado por el chico sin ningún pudor o respeto, como si fuera una putita.

En una de ellas, me empujó hacia adelante, enterrando lo poco que cabía del pirocao en mi boca, mientras se inclinaba sobre mí. Lo sentí bajar mi ropa interior exponiendo mi culo, y empezar a apretar firmemente mi culo. De repente me dio dos palmaditas en el culo y pasó el dedo por mi rego, diciendo algo que no entendí. Y volvió a estar de pie estirado para que yo siguiera mamando. No le di mucha importancia a esa interacción con mi trasero, pero después de pensarlo mejor creo que fue en ese momento que él tomó la decisión que iba a reventar mis pliegues de allí a unos minutos…

Pero yo estaba ajeno a eso y concentrado sólo en mamar, creo que estaba empezando a controlar mejor, haciendo con la boca aquello que más me gustaba cuando las minas que yo cogía me chupaban. Se quedaba chupando fuerte y al mismo tiempo pasando la punta de la lengua allí debajo de la cabeza. El tipo daba unos gemidos roncos cuando lo hacía. Claramente le gustaba. Eso me daba una puta cachonda. Así que seguí haciendo más y más. No me tomó mucho tiempo sentir el sabor de la leche masculina por primera vez en mi vida (no, ni el mío lo había probado, pensé
asqueroso…). Comencé a sentir un sabor salado, su polla comenzó a babear mucho. Luego me interrumpió, volviendo a sostener mi cabeza ahora por el cabello con una mano, como para que no me fuera de lugar. Y con la otra mano él pasó a pajear con fuerza, de una forma bien bruta, el propio palo grande. Dio unas 4 o 5 puñetazos más, y un chorro de leche me meló la cara. Rápidamente tiró de mi cabeza hacia adelante y empujó la polla en mi boca. Y luego soltó un gemido Ronco mientras brotaba el resto de los chorros de semen directamente dentro de mi boca. Sólo se detuvo para reforzar lo que él había advertido cuando habíamos hablado por la aplicación antes: «traga la leche entera, maricón», él habló mientras sostenía firmemente mi cabeza con la gran polla todavía en mi boca. Y a diferencia de lo que yo pensaba que iba a hacer, yo simplemente obedecí sin dar un pío, tragué mirándolo.

Él desconectó el palo de mi boca, soltó mi pelo, dio dos pasos hacia atrás y cayó de espaldas en la cama, con el palo medio blando medio duro caído hacia un lado y goteando una Babita (sí, lo recuerdo en detalle). Mientras tanto yo estaba en el suelo ya no de rodillas, sino como sentado en los talones, medio sin acción, con la cara toda melada de semen, aquel sabor de semen en la boca, mi polla todavía dura y babeando mucho. Sí, estaba tan vidrioso, tan despistado que ni siquiera me pajeé mientras mamaba al chico.

En ese momento comenzó a golpear un peso en la conciencia. Como, este tipo conocía a alguien que me conocía, lo iba a contar, todos lo iban a saber, etc. Algunos miedos tontos de un chico que pensaba que era heterosexual (y que todavía quería mantener la fantasía), pero también algunos miedos menos tontos (como si me contagiara alguna enfermedad por haberme tragado la mierda del tipo, lo que por suerte no sucedió). Me levanté del suelo, y mi ropa interior que el chico había bajado hasta mis rodillas goteó hasta los pies, y me lo quité y lo dejé allí para recoger después porque ella estaba sucia con mucha baba de mi polla y un poco de la mierda del chico que había goteado de mi cara. Le pregunté si podía ir al baño a limpiarme la cara, el tipo respondió «Ve» sem sin mirarme ni moverse en la cama.

Allí pensé que había terminado mi primera experiencia con otro hombre, y que juraba en mi cabeza que iba a ser la última, que nunca volvería a hacer eso. Entré en el baño en esa vibra y fui al fregadero y vi mi cara deliciosa de semen. Me dio un segundo de lujuria ver eso, pero ya empecé a intentar lavarme. Tava inclinado enjabonando y reensabonando la cara (no sabía qué mierda era tan difícil de quitar de la piel), cuando noté al tipo parado en la puerta del baño. Me miraba fijamente el culo. Seguí lavándome bien, él vino caminando y pasó detrás de mí, mirándome el culo todo el camino, y fue a buscar en la caja una toallita y algo más. Luego regresó y se quedó parado detrás de mí mirando mi trasero.