Cuento erótico de sexo lésbico

Por otro mujer será compartida con todos ustedes en este cuento erótico de sexo lésbico ilustrado con fotos amateur. Mi nombre es rubia, soy Pelirroja, flaca, pechos pequeños, coño rosinha y bien safada. Nunca había fantaseado con otra mujer. Hasta que un día terminé leyendo un cuento porno lésbico por curiosidad. Al principio me pareció extraño, pero terminé disfrutando un poco de imaginar a dos mujeres atrapadas. Cuando me di cuenta, ya masajeaba mi clítoris y fue una sensación tan deliciosa que acabó convirtiéndose en un hábito. Mis fantasías se convirtieron en eso. Empecé a mirar con otros ojos a mis amigas, las encuentro bonitas y atractivas. Pero todavía me parecía tan confuso. No le había confesado a nadie mi deseo, porque no estaba seguro de que realmente me gustara.

Así que a la altura de mis 18 años decidí que experimentaría el calor de otra mujer. Dejé de lado mi timidez e hice un perfil en una aplicación de relaciones. Quería encontrar otra chica de preferencia que estuviera lejos de mi círculo de amistades, y que me atrajera. Después de poco tiempo encontré, su nombre era Rayssa. Empezamos a hablar y ella era súper amable. Ella me había gustado mucho y siempre preguntaba cuándo encontraramos a encontrarnos. Siempre que hablaba de ello me ponía nerviosa siempre fui bastante tímida. Vivíamos en un pueblo pequeño y sabía que este tipo de chismes se propagaba muy rápido.

Decidí que si iba a pasar algo tendría que ser en casa. Pero cómo le pasaría algo a toda mi familia aquí? He aquí, surgió una oportunidad. Después de 2 meses hablando con ella, mi familia había reservado un viaje para visitar a mi abuelos. Como era la hermana mayor mis padres ya me veían con una mirada más responsable. Así que me dejaron quedarme en casa. Después de que viajaron marcamos entonces el sábado por la noche en mi casa. Cuando Rayssa tocó el timbre, mi corazón se aceleró. Mis manos comenzaron a sonar. Caminé hacia la puerta de la casa y la abrí, y allí me estaba esperando. Fue en ese momento que conocí a mi primer enamoramiento lésbico.

Ella era un poco más alta que yo, morena, de cabello largo y liso. Ella me miró de arriba abajo, con una mirada penetrante. Me saludó con una sonrisa de canto de boca que me hizo gelificarme por completo. Luego se acercó y vino a abrazarme ya viniendo a besarme. En un reflejo, giré mi cara un poco hacia un lado, haciendo que su beso se pegara a mi mejilla justo en la comisura de mi boca. Ella se quedó sin entender un poco el porqué de aquello, pero dio nuevamente una sonrisa.


Mi Primer Enamoramiento Lésbico
Entramos y cuando nos sentamos en el sofá ella intentó de nuevo besarme sin embargo yo sin experiencia retrocedí. Fue entonces cuando me miró a los ojos y dijo:

  • Es tu primera Vez?

Le dije que sí y pronto ella respondió:

  • Relájate, todo está bien y lo entenderé si no quieres!

Luego dije que quería que sí y en un impulso me acosté en el sofá y me entregué a ella. Ella volvió a besarme. Nuestros pechos se frotaban el uno al otro, como si también se besaran. Pero luego comenzó a bajar con su boca nuevamente. Besando mi cuerpo hasta llegar a mis piernas. Fue entonces cuando ella las abrió, levantó mi vestido y vio mi coño ya mojado de tesón.


Comenzó lentamente. Pasó dos dedos en mis labios y sintió mi melecito en sus dedos. Luego se agachó y comenzó a chupar. Ella chupaba como yo veía en las películas para adultos que solía ver. Lamiendo mi clítoris en pequeños círculos mientras jugaba con sus dedos en mis labios. No necesito decirte cómo me volví loco con su toque, ella me dejó completamente en llamas, pidiendo más. Me corrí dos veces mientras ella me chupaba durante más de 15 minutos.

Entonces Rayssa se volvió y se acostó al otro lado e hicimos un 69 en el sofá. Ella me pidió que siguiera chupando, mientras ella comenzó a chuparme de nuevo. Confieso que fue bastante difícil mantener el sexo oral pues mientras ella me chupaba yo no podía concentrarme en nada más. Gemía de placer más de lo que podía lamer y me corrí de nuevo en su boca. Después de eso todo caí exhausto en el sofá. Nos sentamos desnudas abrazándonos en el sofá acariciándonos disfrutando del momento entre nosotros. Esta vez, sabía exactamente lo que quería de lo que era afín y lo bueno que era. Me descubrí bi ese fin de semana que fue mágico para mí.

Le pedí que pasara la noche conmigo, y ella aceptó. Cuando fuimos a acostarnos en mi habitación, volvimos a tener relaciones sexuales. Esta vez, Ray envolvió nuestras piernas entre sí y comenzamos a frotarnos, coño en coño. Fue una sensación bastante loca y maravillosa. Por la mañana tuvo que irse nos despedimos solo con un simple beso. Pasé el resto de mi fin de semana completamente en las nubes después de la maravillosa experiencia que tuve. Ray fue mi primer enamoramiento y hasta el día de hoy nos follamos siempre que podemos.