Me cogí a la hermana de mi esposa

Me cogí a la hermana de mi esposa – que por cierto es una puta amateur que disfruta del sexo amateur y hoy traigo todo en este cuento erótico. Yo desde mucho más joven siempre me encantó leer Contes de Sexo amateur y hasta que terminé conociendo entonces ese sitio. Corto bastante los cuentos eróticos ilustrados y hoy tendré también algunas fotos amateur del coño de mi cuñada desnuda. Todo comenzó hace unos 7 años y hasta hoy somos buenos amantes. Bien mi cuñada es una morena alta, Tetas grandes, Culo grande, coño lisinha caliente y un cuerpo delicioso.

A la safada le encanta provocar a todos y siempre atrae miradas por donde pasa. Mi esposa y mi cuñada están bien unidas, las dos casi siempre están juntas. Lo que mi esposa ni siquiera sospecha es que somos amantes y su hermana es en realidad una puta traviesa.

Mi cuñada siempre me miró con cara de safada, en algunas bromas yo siempre percibí algunas indirectas de ella. Ella siempre se burlaba de su hermana y cuando hablaban algo relacionado con el sexo yo sentía una cierta maldad de su parte. Sus bromas eran siempre hablando algo dando pistas de cómo le gustaba y qué hacía a la hora de un buen sexo amateur caliente en la cama. Yo siempre me di cuenta de que la safada era hacia adelante pero nunca imaginé que ella tenía tesón por mí.

Todo comenzó en un fin de semana, mi esposa trabaja como vendedora en una tienda en el centro comercial de la ciudad. Un sábado por la tarde me llamó y me dijo que llegaría a la misma hora de siempre, finalmente me llamó solo para ver si todo estaba bien en casa. Trabajo en un bufete de abogados y los fines de semana no abre así que resulta que todos los sábados me quedo prácticamente solo en casa. Alrededor de las 13:00 horas alguien llamó a la puerta de la casa y para mi sorpresa era mi cuñadita caliente. Ella estaba deliciosa y tan pronto como abrí la puerta ella con sonrisa en su rostro y una cara de safada me dijo:

  • Solo en casa Daniel? Tadinho ta carente ne!

Antes de que yo contestara algo, ella estaba entrando. La safada estaba muy olirosa y ese día ella estaba sin lujos. Tan pronto como entramos en la casa, ella ya estaba preguntando a qué hora llegaría su hermana. Luego dije que sería alrededor de las 17:30 o 18:00 horas. La safada entonces soltó en la lata:

  • Excelente, así que tenemos más o menos 4 horas para hacer lo que quiero!

Cogí mi puta cuñada
Yo me hice de tonto preguntando qué significaba esas palabras y sin al menos decir una palabra la safada se tiró encima de mí. Le dimos un beso largo, húmedo y delicioso en la boca. Me quedé con la polla dura en ese momento sintiendo el olor de esa deliciosa y disfrutando de su beso caliente y suave. No hablamos más, solo dejamos que todo suceda. Cuando me di cuenta de que ya tenía una polla dura y la perra me estaba haciendo una buena mamada. Ella me chupaba y me miraba con cara de puta rabuda gimiendo de tesón en el sexo oral.

Poco después coloqué la safada con las piernas abiertas en el sofá de la sala y comencé a chuparle el coño. Qué coño oloroso, hermoso y sabroso chicos. Ella se retorcía toda de tesón y sostenía mis cabellos forzando mi cabeza contra su coño delicioso. La safada gemía y pedía para que yo la chupara y cuando me di cuenta ella estaba retorciéndose y gozando de tesón. La safada gozó en mi boca mientras yo chupaba su coño melado de placer.

Después de caer flácido en el sofá y recuperar la safada entonces se quedó de cuatro y pidió para que yo la penetrara sabroso. Puse la cabeza de mi garrote en la portita de aquella pepeka y fui forzando muy lentamente. Para mi cachondo ese coño caliente y mojado pronto se tragó mi polla con facilidad.

Luego me metí y aceleré las metidas. La safada me maldecía y pedía para que yo la follara, ella hablaba:

  • Eso va, folla a tu cuñada. Folla ese coño duro va, vaiiiiii consigue mierda!

Eso era demasiado y me metí cada vez más. Pronto estaba sentado y con la zorra sobre mí galopando cachonda. No pasó mucho tiempo y terminé dando un baño caliente y delicioso de semen en la cara de mi cuñada caliente relatos eróticos que se untó todo en el semen caliente. Ese día nos follamos toda la tarde, nos follamos en el sofá, en el baño, en mi cama doble e incluso en el piso de la sala de estar. Mi esposa llegó y la traviesa fingió que había llegado a pocos minutos. Y así es como por primera vez me comí a la hermana de mi esposa corna. Hoy somos buenos amantes y mantenemos bien la descripción y mi pobre esposa ni siquiera se imagina que su hermana es mi putita de lujo.